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Presentación de "Los días lábiles". Un libro de relatos

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PRESENTAMOS EN MADRID.  En la librería El dinosaurio todavía estaba allí Viernes, 10 de febrero. A las 19: 30 h OS ESPERAMOS Los nueve cuentos de Los días lábiles bordean los contornos del tiempo, porque el punto de encuentro entre ellos se halla precisamente en el tiempo interno. Todo ocurre en un día, en apenas unas horas, como metáfora del instante necesario para que algo se quiebre y cambie. Borges, a propósito del cuento “El jardín de senderos que se bifurcan”, habla de la necesidad de que en el cuento, el tiempo se reduzca y se concentre, porque los personajes, afirma su autor, no son sino seres reducidos a símbolo, a sus actos más destacados. Es precisamente en el tiempo donde personaje y trama se condicionan. El tratamiento del tiempo en la literatura es capaz de iluminar el sentido de la obra y de sus personajes. Y aquí, el tiempo es un día. El tiempo como motor del devenir de las vidas de los personajes. Para la escritora

"Las cerezas", un cuento único

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LAS CEREZAS. THE CHERRIES o el intento de descodificar un cuento. 1. El autor. Lawrence Durrell nacido en la India fue un autor cuya fama literaria llegó con su tetralogia The Alexandria Quartet (1957-1960) , pero muchos años antes de esta publicación, Durrell escribió el extrañísimo cuento The Cherries para incluirlo en la antologia Masterpiece of Thrills (1936). En este cuento se anticipan algunos de los recursos que tan celebrados serian luego en The Alexandria Quartet ; En este cuento Durrell se despoja del realismo de la novela del S.XIX y va más allá de lo convencional; se adentra en el modernismo; en mostrar una realidad diferente aunque no por ello menos real; la realidad (desde el) interior, la de las cosas ínti mas. 2. El traductor. Javier Marías selecciona y traduce una serie de cuentos en la antología titulada Cuentos únicos , donde reúne a una serie de autores ingleses del periodo entreguerras. Entre ellos, “Las cerezas”, cuyo lenguaje se queda pegado a la m

Ricardo Piglia. Tesis sobre el cuento

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Ricardo Piglia.  Tesis sobre el cuento I En uno de sus cuadernos de notas, Chejov registró esta anécdota: "Un hombre, en Montecarlo, va al casino, gana un millón, vuelve a casa, se suicida". La forma clásica del cuento está condensada en el núcleo de ese relato futuro y no escrito. Contra lo previsible y convencional (jugar-perder-suicidarse), la intriga se plantea como una paradoja. La anécdota tiende a desvincular la historia del juego y la historia del suicidio. Esa escisión es clave para definir el carácter doble de la forma del cuento. Primera tesis: un cuento siempre cuenta dos historias. II El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario. El efecto de sorpresa

Impresiones sobre El Quijote.

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Del personaje. Empezamos a saber de Alonso Quijano cuando tiene 50 años del s. XVII, unos 70 en la actualidad.  No sabemos nada del pasado del personaje, no sabemos ni siquiera a qué edad muere. No importa el tiempo, no hay cronología. Es una novela fragmentaria. D. Quijote inventa a Dulcinea porque le conviene como caballero.En la época ya no había ideales, ni de lucha ni de belleza. El siglo XVII es una época de crisis, Cervantes se lamenta del presente y evoca el pasado. Esto nos lleva a pensar que don Quijote transforma la realidad a su conveniencia. Alonso Quijano es indolente, se pasa el día leyendo. Sabemos muy poco de él. Muere tras ser derrotado por la realidad, después de haber visto Barcelona se da cuenta de lo insignificante que es él, muere de tristeza, de melancolía. Sancho Panza también es un hombre sensato. Toma decisiones sensatas cuando es gobernador. Su sabiduría popular es sensata. Se va creyendo y contagiando de los ideales d

Lo que está por venir

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1 de enero. Cada inicio de año, cuando estrenamos agendas y dietarios, recuerdo el Diálogo entre un vendedor de calendarios y un transeúnte, de Leopardi. El vendedor apuesta por el año nuevo como el más feliz de todos los anteriores, de los veinte que lleva vendiendo calendarios. No quisiera volver a vivir la vida que ha llevado con lo bueno y con lo malo. El transeúnte concluye que la vida buena no es la que se conoce sino la que está por venir, así que compra el calendario con la ilusión de felicidad para el nuevo año. Leopardi pone de relieve la estremecedora vanidad de esperar siempre una vida futura mejor. Diálogo entre un vendedor de almanaques y un transeúnte Vendedor: ¡Almanaques, almanaques, almanaques nuevos! ¡calendarios nuevos! ¿un almanaque señor? Transeúnte: ¿Son para el año nuevo? V: Sí, señor. T: ¿Crees que tendremos un año nuevo feliz? V: Sí, caballero, sí, por supuesto. T: ¿Cómo el año que acabamos de pasar? V: Más, más todavía. T: ¿C

Lecturas y visiones del "Quijote"

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Lecturas y visiones del Quijote a lo largo de los siglos. Ignacio Echevarría    Hoy Andreu Jaume viste americana oscura casi negra pero con rayas verticales (con efecto algo extraño) para presentar a Ignacio Echevarría, el conferenciante de la última sesión dedicada al tándem Cervantes-Shakespeare. Lo presenta como un crítico vocacional, autor de textos combativos y valientes. Nos habla de la edición del cuarto tomo de los ensayos completos de Rafael Sánchez Ferlosio, del cual es responsable el propio Echevarría, y apunta que ha llevado a cabo el proyecto de forma casi clandestina. Percibo ironía en sus palabras. El ponente abre su intervención con un agradecimiento por la presentación y pidiendo disculpas de antemano por no haber preparado a fondo un tema que resulta del todo inabarcable. En pocos minutos nos damos cuenta de que tal confesión no era otra cosa que el intento de captar la benevolencia de la sala al modo de los oradores clásicos, porque la documentación

Escribir es conversar

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Carmen Martín Gaite “ Escribir es conversar. Es un sucedáneo de la conversación. Quien escribe lo hace   porque no encuentra un interlocutor, alguien con quien poder hablar bien, con pausa,   con tiempo, con plazo narrativo.” 1 Se trata de seducir al receptor con la palabra .  El punto de partida es la soledad del narrador, convertido en interlocutor de sí mismo primero, en busca de un destinatario espejo que comparta una misma actitud ante el lenguaje, como aquel capaz de interpretar el texto de manera análoga a la del autor que lo generó.  Y el narrador inicia esa búsqueda creando emoción en el interlocutor, haciéndolo único, sentir que es él el elegido. Busca la complicidad con el lector, más que su asentimiento. Lo arma, lo dota de contenido y de función, lo hace único y necesario.  Para tal fin, el narrador se erige en una especie de “encantador”. 1 Entrevista “A Fondo” para RTVE de Joaquín Soler Serrano a C. Martín Gaite. 1980.