El doble sin rostro
Sube al taxi un hombre de mediana edad, lleva traje y corbata bien coordinados con los zapatos; o mejor dicho, con el único zapato que Mario puede ver de refilón desde su espejo retrovisor y en el que advierte contrariado restos de barro. Por un momento sufre angustia por la alfombra trasera. Sin duda, quedarán manchas. Le indica la dirección y Mario se vuelve de repente; le ha llamado la atención su voz, una voz que le resulta familiar. Le observa ahora más detenidamente en su espejo cómplice. Es una persona conocida, tal vez un colaborador en tertulias radiofónicas. Sí, en efecto se trata de un escritor y periodista con cara soñolienta y nombre singular que ha llegado a Barcelona para firmar libros el próximo sábado, día de Sant Jordi . Intenta decirle que le conoce, pero en ese mismo instante el escritor empieza a hablar. Le pregunta por el tiempo que hizo ayer, que si hoy parece que está más despejado, que si a ver si se mantiene para el sábado y remata con el t