Cristina Fernández Cubas. Sobre el cuento
14 /3 / 2018
Laboratori
De LLetres
Cristina
Fernández Cubas se mueve sobre la silla cuando conversa sobre el
género del cuento. Transmite una vitalidad que contagia y nos
despierta de la pasividad cotidiana para darnos la pócima mágica
que aplica a sus relatos: la inquietud, la tensión y la intensidad.
“En un cuento todo debe estar medido, hay que mantener la tensión constantemente”
Los
tres ingredientes están sin duda presentes en su primer volumen de
cuentos: Mi
hermana Elba.
(1980. Tusquets editores). Nos revela que la primera edición del
libro se la publicó Lumen, que el libro fue recibido al principio
con cierta incomprensión. Casi ninguno de los personajes es lo que
aparenta.
En
el proceso de escritura es preciso crear un atmósfera y a unos
personajes. Si les damos vida, es como ir por un pasillo lleno de
puertas. Si las abres, se van revelando cosas que el propio autor no
sabía, porque dice “la realidad no es plana”.
“Cuando me pongo a escribir creo que sé bastante sobre el cuento. Pero luego resulta que no”
También
habla del azar, de los préstamos que se hacen unos cuentos a otros.
“ Los cuentos son como organismos vivos.”
En
un libro de cuentos, Cristina Fernández Cubas apunta que el orden de
las piezas es indispensable, y lo compara a un barco cuya estabilidad
es responsabilidad del autor. No es una serie de cuentos seguidos.
Hay algo más.
Confiesa
que el título del libro suele ser el mismo que el del tercer cuento
de la colección.
Confirma
algunos de los referentes que se le han adjudicado, así reconoce
varias veces a E.Allan Poe, pero y por encima de otros, sobre todo
apunta hacia las imágenes que ha sacado de los sueños como material
narrativo.
“Tal vez por los cuentos o fábulas que me contaban de pequeña, pero me acostumbré en creer en cosas que no somos capaces de ver”
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