Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2016

Cuaderno de todo

Imagen
   Este título no es mío, es de Carmen Martín Gaite. Cuenta ella misma la anécdota en su  Cuento de nunca acabar  (1983) sobre el origen del nombre. Su hija, que tenía cinco años, bajó a la papelería y le compró un bloc de anillas cuadriculado, con tapas de color garbanzo y en cuya primera hoja escribió "Cuaderno de todo".  La escritora lo concibió como una invitación a escribir allí toda reflexión o apunte sin ordenación previa, tal y como fuera llegando: divagaciones, comentarios a lecturas, notas sobre la narración... El texto como artefacto (dijo alguien), como producto lingüístico de una autoconsciencia. A partir de estas cavilaciones he anotado ya varias ideas:    La primera: que el “cuadernista” narrador-emisor sea una persona ficticia, pongamos, yo; al fin y al cabo, todo diario tiene que estructurar lingüísticamente un modo de realidad en la cual se imita la manera como un individuo, ante la imposibilidad de comunicarse, escribe un cuaderno de

Últimas tardes con Teresa. Juan Marsé

Imagen
La novela se sitúa en Barcelona entre los años 1956 y 1957 y nos muestra una sátira de la sociedad del momento. Gonzalo Sobejano la define como:  "una parodia sarcástica de la novela social en sus dos vertientes, como testimonio de los sufrimientos del pueblo y como testimonio de la decadencia de la burguesía".      Así, la burguesía catalana aparece desmitificada, con toda su carga ideológica, y también ridiculiza a los más pobres. Con un tono paródico, despliega una sátira de todas las clases sociales derivadas de la posguerra española y en años de pleno desarrollismo. Marsé trata de romper con el realismo social de la época e imponer un realismo más honesto. Y para salir del retrato meramente realista, aplica estrategias como:  Recurre al humor y a la ternura para caracterizar a la pareja protagonista. Se desprende del papel de moralista, aunque presenta las clases sociales como mundos cerrados, sin conexión posible.  Aparecen los elementos oníricos y los i

Volver a Hesse

Imagen
¡Cómo pasan los días! ¡Con qué velocidad se van y dejan tras de sí apenas una vaga impresión que se diluye en pocas horas. A pesar del calor, algunas secuencias de este verano, las mejores, pasan lentamente a la categoría de recuerdos.  Hace unos días, tuvimos un encuentro de amigos en una preciosa cala de la Costa Brava, en la casa donde ha pasado mi amiga todos los veranos desde la infancia. Fue un encuentro entrañable, hablamos de libros pero también de la vida, de la familia, los hijos, las relaciones.      En cuanto a los libros, el protagonista absoluto fue Herman Hesse, con su El lobo estepario , leído casi compulsivamente por mi amiga. Y es que ella vive las lecturas, o mejor, las habita. Se queda un tiempo a vivir en los libros cuando los lee y después de leerlos. Había encontrado una conexión muy acertada entre Damán Lobo, el protagonista de la última novela de Millás con Harry Haller, de Hesse. Nos contó su teoría de que Hesse fue un visionario, que era muy “flipante” q